Capri

Escribo éste post y suspiro. Y pensar que estuve a punto de no ir! Por suerte me quedó tiempo en la costa amalfitana y decidí pasar un día en la isla de Capri. Sus paisajes me dejaron con la boca abierta. Todo en Capri es hermoso!

Llegue a Capri desde Amalfi en ferry (Click acá para ver horarios). Desde Amalfi a Capri son aproximadamente 35 minutos. Sólo hay dos horarios, uno que sale temprano y vuelve tarde y otro que sale tarde y vuelve más temprano. Conviene tomar el que nos deja más tiempo en la isla porque es muy grande. Yo perdí el ferry de vuelta (era el último) y no me alcanzó el tiempo para recorrerla. Como perdí el ferry tome otro a Sorrento y de ahí un micro a Amalfi. Valió la pena el recorrido porque las vistas al atardecer son espectaculares.

Cuando pensaba en  Capri, tenia en mente éste comercial de Dolce and Gabbana. Bueno, el paisaje es más espectacular todavía. Es una mezcla de glamour y naturaleza en su punto justo. Es perfecta.

Llegas a Marina Grande y podes ir en funicular hasta Capri. También podes hacerlo en bus, yo tome el funicular. Al llegar nos dijeron que ese dia era imposible visitar la Gruta Azul por cuestiones climáticas, así que decidí recorrer Capri tranquila. Después de dar una vuelta por el centro comercial, lleno de tiendas de moda de las mejores y más caras marcas, los hoteles de película, los restaurantes de sueños, los locales de perfumes donde te queres llevar todo, decidí ir hasta los Jardines de Augusto, donde tenés la mejor vista de los Faraglioni, las tres formaciones rocosas más icónicas de Capri. Realmente quita el aliento. La entrada a los jardines cuesta un euro y lo recomiendo mucho! Una belleza.

Después se me ocurrió seguir un camino que bordea los jardines hasta el Arco Natural, otra formación rocosa deslumbrante. Fue un camino largo y rústico entre arboles y piedras y a tu derecha el mar súper turquesa, aves, la brisa y un sol espectacular. Tuve que parar un par de veces porque el camino es realmente cansador, pero una vez que llegas al arco, el pueblo no está lejos. Y el camino vale mucho la pena.

A la tarde, decidí ir a Anacapri. Tome un bus para subir a la parte más alta de la isla y me senté a comer unos exquisitos sorrentinos en un restaurant muy lindo: La Giara. Con mesitas a la calle, lleno de flores y paz. Sólo podía pensar en mi suerte y en lo feliz que estaba ahí. Recorrí un poco Anacapri, pero no quedó mucho tiempo y tuve que volver. Capri es enorme y lleva mucho tiempo.

Les dejo algunas fotos:

Capri desde al agua

Los jardines de Augusto

Faraglioni

Vistas como ésta desde los jardines…

Camino al arco natural

El arco natural

Hay casas como ésta…

Y rincones como éste…